Desde la última carrera de F1 disputada en el Autodromo Enzo e Dino Ferrari en 2022, el circuito ha sufrido algunas novedades que pueden ser determinantes de cara al Gran Premio de Emilia Romaña del próximo 19 de mayo.
El objetivo de los cambios
Es importante recordar que los monoplazas de F1 llevan dos años sin correr en este circuito. Las severas inundaciones que se produjeron al norte de Italia el año pasado por estas fechas impidieron que se pudiera celebrar el GP en Imola.
De cara a este año, hay zonas de trazado que han sido renovadas con el objetivo de mejorar el espectáculo y aumentar la exigencia a los pilotos. Este último factor había sido muy polémico, ya que los conductores aprovechaban al máximo las amplias escapatorias con la intención de ganar tiempo. Sin embargo, esto ha llegado a su fin.
Las grandes novedades
Hay 3 curvas donde se encuentran los cambios más destacados. La primera es la 9, conocida como Piratella, en la que se ha eliminado la escapatoria por completo y se ha extendido la grava, lo que impedirá que los pilotos apuren las líneas como se había visto en clasificación.
La segunda es el conjunto Acque Minerali, curvas 11, 12 y 13. A diferencia de Piratella, solo se ha reducido la escapatoria. A pesar de ello, será determinante, ya que los monoplazas deberán cuidar no excederse de los límites de la bajada anterior.
Por último, Gresini. Allí, justo antes de entrar a la chicane (14 y 15), se ha añadido grava donde antes había asfalto. Así, una leve incursión en la zona de las piedras puede ser muy perjudicial.
Con motivo de estos nuevos factores, los equipos deberán estudiar atentamente las actualizaciones del circuito y preparar un pilotaje minucioso.