Luca de Meo, CEO del Grupo Renault, ha planteado dudas significativas sobre la viabilidad de la normativa de la Unión Europea que prohíbe la venta de nuevos vehículos de combustión interna para el año 2035. Desde su perspectiva, esta meta es demasiado ambiciosa y exige una flexibilidad mayor para ser alcanzable.
La Ambiciosa Meta de 2035
La Unión Europea ha establecido una fecha límite para que todos los vehículos nuevos sean 100% eléctricos, eliminando así los autos diésel, gasolina y los híbridos no enchufables. Para muchos, esta meta es vista como un paso necesario hacia la reducción de emisiones de carbono y la lucha contra el cambio climático. Sin embargo, para líderes de la industria automotriz como De Meo, este objetivo presenta retos insuperables bajo las condiciones actuales.
La Postura de Renault
Luca de Meo, también presidente del lobby de los fabricantes de automóviles europeos ACEA, ha sido claro en sus reservas. En una entrevista con el diario Les Echos, destacó que los fabricantes europeos no han conseguido reducir los costos de producción de los vehículos eléctricos al nivel necesario para competir con los modelos de combustión interna. De Meo subraya que el ritmo actual de implantación del vehículo eléctrico es “realmente muy complicado” y que cumplir con las normativas europeas a partir de 2025 será extremadamente difícil si las ventas de vehículos eléctricos no repuntan significativamente.
Una Nueva Fecha Meta
De Meo sugiere que 2040 sería una meta más realista para lograr un parque automotriz 100% eléctrico. Además, aboga por que la UE adopte una postura tecnológica neutral en la reducción de emisiones, considerando todo el ciclo de vida del vehículo para el cálculo de emisiones de CO2.
La Necesidad de Flexibilidad
El CEO de Renault advierte que abandonar los objetivos de electrificación ahora sería un error estratégico. Sin embargo, señala la dificultad de pasar de un 10% a un 100% de ventas de vehículos eléctricos en solo 12 años. Actualmente, la mayoría de los países europeos no han superado el 7% de cuota de ventas de vehículos eléctricos, mientras que los fabricantes deben alcanzar más del 20% el próximo año para evitar multas bajo el reglamento CAFE (Corporate Average Fuel Economy).
Multas y Costos
El incumplimiento de los nuevos estándares de emisiones podría resultar en multas superiores a los 10.000 millones de euros para los fabricantes europeos. Esta presión financiera adicional hace aún más apremiante la necesidad de flexibilidad en la normativa.
¿Suficientes vehículos Eléctricos?
De Meo también plantea que, para cumplir con los objetivos de ventas y reducción de emisiones, no habrá suficientes vehículos eléctricos disponibles en la próxima década. Propone que los gobiernos incentiven la renovación de los vehículos de combustión por modelos nuevos, incluyendo híbridos enchufables de menores emisiones, como una fórmula para reducir la contaminación mientras se avanza hacia la electrificación total.
La Opinión de los Expertos
Es interesante notar que Renault, que hace poco se fijó el objetivo de ser completamente eléctrico para 2030, ahora sugiere que ni siquiera 2035 es una fecha alcanzable. Sin embargo, las proyecciones de ventas de vehículos eléctricos siguen siendo optimistas. Según la consultora Dataforce, los vehículos eléctricos lograrán una participación del 23% en 2025, cifra que podría duplicarse para 2030. Estimaciones de Bosch y el banco de inversión HSBC también apuntan a un crecimiento significativo, con una proyección de que el 70% de las ventas en Europa serán vehículos eléctricos para 2030.
La Competencia Global
El desafío para los fabricantes europeos no solo es cumplir con las normativas de la UE, sino también competir en un mercado global donde los fabricantes chinos están avanzando rápidamente en la producción de vehículos eléctricos. La falta de visión y adaptación podría dejar a los fabricantes europeos en una posición vulnerable frente a sus competidores internacionales.
Conclusión
La meta de 2035 para que todos los vehículos nuevos en Europa sean eléctricos es ambiciosa y presenta desafíos significativos. La postura de Luca de Meo resalta la necesidad de una mayor flexibilidad y apoyo gubernamental para lograr una transición exitosa hacia la movilidad eléctrica. Mientras tanto, las proyecciones de ventas de vehículos eléctricos son optimistas, pero los fabricantes europeos deben adaptarse rápidamente para no quedar rezagados en el mercado global.