Según lo informado por el Instituto Nacional de Medicina Legal, en Colombia durante el 2017 fallecieron 137 niños de menos de 10 años en accidentes de tránsito, mientras que 1.643 resultaron heridos.
Estas alarmantes cifras hacen imprescindible cualquier acción que se pueda implementar para reducirlas… pero la buena noticia es que la solución está al alcance de los padres de familia.
Los Sistemas de Retención Infantil (SRI)
Desde hace varias décadas los proveedores de artículos para la infancia y las automotrices advirtieron la necesidad de diseñar una manera segura de transportar niños a bordo del automóvil.
Es así como mientras unas entregaron al mercado las sillas de transporte, las otras acondicionaron sus vehículos con anclajes especiales para sujetarlas. En general, el mundo cuenta con dos sistemas similares: el Latch, de Estados Unidos, y el Isofix, del resto del mundo.
En cualquier caso, la normatividad colombiana ya hizo caso del tema. Por ciento, en el artículo 82 del Código Nacional de Tránsito, consta que “Los menores de diez (10) años no podrán viajar en el asiento delantero del vehículo. Por razones de seguridad, los menores de dos (2) años solo podrán viajar en el asiento posterior haciendo uso de una silla que garantice su seguridad y que permita su fijación a él, siempre y cuando el menor viaje únicamente en compañía del conductor.”
Mitos inseguros
Existen entre los padres algunas creencias acerca del uso de los sistemas de retención infantil, que actúan de mala influencia. Una de ellas dice que “la silla no es necesaria, en mis brazos esta más seguro”. En realidad, en caso de un accidente de tránsito, la desaceleración súbita del vehículo producto del choque puede llegar a generar un aumento del peso del bebé de hasta 12 veces, lo que haría casi imposible retenerlo en sus brazos. Un adulto sólo es capaz de sujetar a un niño que lleve en sus brazos si la colisión se produce a 5 km/h.
Pero, además no existe la cultura de la escogencia adecuada de la silla, lo cual es normal que sean un bien heredable. Es más, existen comercios de segunda mano en los que se pueden adquirir estas sillas a precios módicos. Sin embargo, de lo que no se tiene certeza es de si esa silla sufrió un golpe fuerte, caso en el cual la convierte en un verdadero peligro porque su estructura puede fallar en cualquier momento.
Compra segura
Antes de adquirir un asiento infantil, solicite que le enseñen las instrucciones de uso y consulte con el manual de propietario de su vehículo, de forma que compruebe que es compatible. Es conveniente acudir con el vehículo en el que se piensa instalar la silla para que los vendedores hagan una demostración del montaje. Luego, hágalo usted mismo en presencia del vendedor.
Tenga en cuenta que cada silla está diseñada para ofrecer la mayor protección según la edad y el peso de los niños. Una silla demasiado grande o demasiado pequeña puede provocar un mal funcionamiento.
Instalación segura
Según estudios de accidentalidad realizados por Cesvi Colombia, el lugar del vehículo que menor riesgo presenta es al lado derecho del vehículo en la silla de atrás. Esto permite acceso del niño desde una acera o costado derecho en la vía y adicionalmente se encuentra alejado del tráfico en circulación contraria.
En cuanto a la fijación, es importante asegurarse de que la silla del niño se sujete con firmeza a la silla del vehículo. Por lo tanto, resulta fundamental conocer el sistema de fijación, sea ISOFIX, LATCH o el cinturón de seguridad del vehículo, y realizar el anclaje correcto según corresponda.
Por último, tan importante como la selección y anclaje, el niño se debe ubicar de forma adecuada en el SRI, sea con los sistemas de sujeción propio de la silla infantil o con el cinturón de seguridad, según lo recomendado en el SRI escogido.
Los adultos deben usar siempre el cinturón por su seguridad y para dar ejemplo a los niños. Los niños deben entender que su seguridad no es un castigo, sino lo mejor para él y, por consiguiente, no se debe poner en marcha el vehículo hasta que el niño esté bien sujeto