Bogotá, 18 de octubre de 2017.– ¿Existe algo tan molesto como sufrir una estrellada? Quizás que, luego de la reparación, el vehículo no sea devuelto en las mismas condiciones en que se encontraba antes del accidente. Para ello, lo más importante es tener claro el alcance de las reparaciones y llegar a un acuerdo, ojalá por escrito, de las condiciones en que se recibe el vehículo por parte del taller –el famoso inventario–, el tiempo de entrega, las reparaciones que se van a realizar y el estado en que se va a entregar.
Por consiguiente, es clave conocer aquellos aspectos que, sin ser un experto, se deben observar en el vehículo en el momento de su entrega por parte del taller.
Un poco de teoría de la reparación
Han sido catalogados los diferentes niveles de daño que puede sufrir un vehículo al ser colisionado: el típico daño de ‘latas’, en el cual solamente se afectan piezas exteriores de la carrocería, y los daños de mayor magnitud, en los que se afectan piezas estructurales del vehículo.
Por lo general, un vehículo bien reparado no debe mostrar su condición salvo para un experto; sin embargo, también se debe tener en cuenta que el vehículo no podrá ser igual al vehículo nuevo que sale de una cadena de producción, por los característicos procesos propios del ensamble fabril.
Para poder evaluar el resultado del trabajo del taller se deben conocer, de manera general, las operaciones a las cuales puede ser sometido el vehículo y entender en la orden de trabajo:
• Sustitución: es el cambio completo de la pieza, ya sea que esta tenga uniones atornilladas/remachadas o soldadas.
• Reparación: es el conformado de la pieza mediante métodos de trabajo en frío o caliente; se puede dar para piezas plásticas a través de procesos que involucran aplicación de calor y adición de material plástico.
• Desmontaje/Montaje: es la operación que involucra retirar la pieza en mención como única vía para proceder a una sustitución o reparación de otra pieza del vehículo.
• Pintura: indica que la pieza fue sometida a un proceso de pintado.
Ojo a la carrocería
Los procesos del taller que involucran la carrocería del vehículo se pueden enmarcar en sustitución, reparación y desmontaje/montaje. Para una pieza sustituida, sea esta que posea unión atornillada/remachada o soldada, es importante revisar su ajuste, es decir, que los espacios entre la pieza sustituida y las piezas adyacentes sea uniforme y guarde sus proporciones. Esto se puede revisar en la pieza sustituida y, de igual forma, comparando contra la misma pieza del lado contrario si es que no fue afectada, pues es de tener en cuenta que el vehículo es simétrico en un 95%.
No menos importante es verificar la zona afectada del vehículo en su conjunto y, con esto, establecer que el vehículo conserve sus formas en lo estético y que no se presenten aspectos que noten un desajuste importante. Estas recomendaciones también aplican para el caso de operaciones de desmontaje/montaje en donde las piezas hayan sido removidas.
Para los inexpertos es difícil identificar si una pieza fue sometida a un proceso inadecuado de reparación, pues para ello se necesitan algunos equipos, como medidores de espesores, y tener acceso a sus zonas internas. Sin embargo un parámetro por tener en cuenta es que a través de un proceso de reparación deben lograrse las mismas formas de diseño de la pieza y, en ese orden, verificar que se conserven ya que, en caso contrario, puede ser una evidencia de que no se aplicó el proceso adecuado o se utilizó excesivo material de relleno para eliminar la abolladura.
Así mismo, cuando en una colisión se presenta daño en las piezas estructurales se pueden realizar reparaciones o sustituciones, luego las recomendaciones anteriores pueden ser muy útiles a la hora de revisar el vehículo.
Pero más allá de lo estético, cuando un vehículo presenta daños en sus piezas estructurales, como una punta de chasís o una traviesa frontal, puede llegarse a perder la geometría del vehículo, es decir, las medidas que debe guardar su estructura en general.
En este caso observe el comportamiento del vehículo en movimiento. Si en línea recta se presentan desvíos hacia algún lado, vibraciones en la dirección a cierta velocidad o chillido en las llantas en ángulos normales de giro, una vez descartada la alineación de dirección y el balanceo de las ruedas, es una señal de alarma de que se presentó alguna falla en la reparación.
Por eso es importante solicitar al taller el registro de las medidas del vehículo al ingreso y después del reparado, como medio indispensable que tiene el taller para evidenciar la buena práctica utilizada en el proceso.
Cuidado a la pintura
El proceso de pintado de un vehículo implica la aplicación de capas de fondo, comúnmente llamadas bases, y la aplicación de recubrimientos de acabado, los cuales brindan el color y el brillo al vehículo. En el proceso puede haber problemas de aplicación por parte del operario, del equipamiento utilizado o por condiciones adversas en el medio.
Las variables por observar en el vehículo reparado son el Color, la Presencia de Mugres y los Defectos de Pintura. El color depende de una adecuada formulación y preparación del producto aplicado. Observar el vehículo en condiciones de muy buena luz, en lo posible en lugares abiertos, permite comparar el color y el tono con piezas adyacentes que no hayan sido pintadas, los cuales deben ser los mismos.
Es necesario tener en cuenta que hoy día la mayoría de los vehículos presenta pinturas metalizadas o perladas; para el primer caso, la pintura que da el color contiene partículas de alúmina y, en el segundo caso, partículas de mica.
En ambos casos, la pintura ofrece distintos tonos, o visos, dependiendo de la cantidad de luz presente y del ángulo en que se observe la pieza. En tal sentido es importante que si la pintura del vehículo cumple estas consideraciones, se debe observar la pieza pintada desde varios ángulos para constatar que los tonos o visos de la pieza pintada coinciden con las piezas adyacentes.
Una particularidad que es importante tener en cuenta es que el tono de la pintura entre una pieza plástica y una metálica puede presentar leves diferencias; esto es normal, teniendo en cuenta que los materiales de base son diferentes.
La contaminación y el operario
El segundo aspecto por revisar es la presencia de mugres en la pieza pintada. Unas condiciones adecuadas en el taller durante el proceso de aplicación de pinturas de acabado debe minimizar la presencia de suciedad y, en caso de que se presente, esta puede ser eliminada posteriormente con una técnica específica. Por lo tanto observe las piezas pintadas en su vehículo pues allí no debe existir presencia de ningún tipo de suciedad.
En tercer lugar, existen algunos defectos que se pueden presentar en la pintura por impericia del operario o por condiciones inapropiadas en el equipamiento o el medio. La cantidad y clasificación de estos defectos es muy extensa, pero los defectos más comunes que se presentan son los escurridos, la piel de naranja, el ojo de pez, las sangrías, entre otros, los cuales se pueden identificar en la gráfica siguiente.
No es necesario ser un experto para observarlos en las piezas pintadas de su vehículo; solo tenga en cuenta que el aspecto de la pintura debe ser perfecto.
Recuerde que el vehículo hace parte del patrimonio y una mala reparación le hace perder valor en el momento de la venta; si evidencia en su vehículo reparado defectos que pudo detectar con los anteriores consejos diríjase al taller pues su vehículo, aunque sufrió una colisión, en manos expertas debe quedar muy bien reparado.