En una declaración inusualmente franca, Max Verstappen respondió a una pregunta sobre el impacto del Auto de seguridad en la reciente carrera en Miami con la frase: “Si mi madre tuviera bolas, sería mi padre”. Este comentario revela la sorpresa y la perplejidad que rodearon la aparición del Auto de seguridad en un momento crucial de la carrera.
La carrera en Miami fue testigo de un ambiente festivo, con Lando Norris logrando su primera victoria en la categoría, lo que generó alegría entre los pilotos. Sin embargo, la intervención del auto de seguridad tuvo consecuencias inesperadas y desproporcionadas.
Las normas del auto de seguridad en GP de Miami permiten su salida en cualquier momento si las condiciones de la pista lo requieren, sin necesidad de esperar al líder de la carrera. En este caso, elauto apareció sin una razón urgente, lo que resultó en un error por parte de los responsables y alteró significativamente el desarrollo de la competencia.
Durante la carrera, Max Verstappen lideraba con una ventaja de 9,6 segundos sobre Lando Norris. Sin embargo, un error del neerlandés lo llevó a dañar su vehículo y perder su posición frente a Norris. La situación se complicó aún más con la entrada del auto de seguridad, que benefició a Norris y amplió su ventaja sobre Verstappen.
El error de Bernd Maylander, conductor del auto de seguridad, tuvo un impacto directo en el resultado de la carrera. De haber sido gestionado de manera diferente, el resultado final podría haber sido muy distinto. Este incidente destaca la importancia de evitar errores similares en el futuro para garantizar la equidad y la emoción en las carreras de Fórmula 1.
A pesar de las controversias que rodean al auto de seguridad, su presencia sigue siendo un elemento impredecible que añade emoción y variabilidad a las carreras. Aunque a veces puede perjudicar a ciertos pilotos, forma parte del encanto y la imprevisibilidad del deporte automovilístico.