¿Es el vehículo eléctrico el único camino hacia el futuro de la movilidad, o su expansión podría tener consecuencias negativas para la industria automotriz? Esta es la pregunta que Akio Toyoda, presidente de Toyota, ha planteado repetidamente en los últimos años. A medida que los fabricantes del mundo apuestan por la electrificación, Toyoda advierte sobre el impacto que esto podría tener en millones de trabajadores.
En un reciente evento celebrado en la Universidad de Nagoya, Japón, Akio Toyoda lanzó una declaración que resonó en toda la industria: “Apostar exclusivamente por el vehículo eléctrico podría destruir millones de empleos”. Esta afirmación refleja la visión de un líder que ha sido, desde hace tiempo, crítico de la transición hacia una movilidad 100% eléctrica, abogando en su lugar por un enfoque multitech, es decir, la combinación de diversas tecnologías como híbridos, hidrógeno y combustibles alternativos.
Pero, ¿a qué se refiere exactamente Toyoda? ¿Es realista pensar que el vehiculo eléctrico podría destruir millones de empleos? Vamos a desglosarlo.
El panorama de la industria automotriz en Japón y el mundo
Japón es una de las naciones más dependientes de su industria automotriz. Aproximadamente 5.5 millones de personastrabajan en este sector, muchas de ellas dedicadas a la fabricación y desarrollo de motores de combustión interna. Según Toyoda, si los vehículos eléctricos llegaran a ser la única opción en el mercado, gran parte de estos trabajos estarían en riesgo de desaparecer, ya que la complejidad de los motores de combustión es mucho mayor que la de los trenes motrices eléctricos.
Este cambio no solo afectaría a los fabricantes de vehículos, sino a toda la cadena de suministro: desde los proveedores de piezas para motores hasta los mecánicos especializados en reparaciones de autos convencionales. Los motores eléctricos requieren menos componentes, lo que reduce la necesidad de estos profesionales, y es aquí donde Toyoda ve un peligro real para millones de empleos.
La estrategia multitech de Toyota
En contraste con competidores como Tesla o BYD, que se han lanzado de lleno al mercado eléctrico, Toyota sigue defendiendo una estrategia más diversificada. Desde hace años, la compañía ha apostado por híbridos, hidrógeno y pilas de combustible como alternativas al vehículo eléctrico puro. Para Toyota, esta diversidad de tecnologías es clave para abordar la transición hacia una movilidad más limpia sin dejar de lado a los millones de personas que dependen de la industria automotriz actual.
El Toyota Mirai, por ejemplo, es uno de los pocos autos de hidrógeno en el mercado, y la marca continúa invirtiendo en este tipo de vehículos como una solución viable para la descarbonización. La postura de Toyoda es que no todas las regiones del mundo están preparadas para adoptar el vehículo eléctrico a gran escala, y el hidrógeno podría ser una alternativa valiosa en ciertos contextos.
¿Está Toyota perdiendo terreno frente a la competencia?
A pesar de esta defensa de múltiples tecnologías, Toyota no ha podido ignorar el creciente protagonismo de los autos eléctricos en mercados clave como China. En este país, marcas como BYD han logrado avances significativos, y durante los primeros siete meses de 2024, las ventas de Toyota cayeron un 10% interanual, un golpe que muchos atribuyen al retraso en el lanzamiento de vehículos eléctricos competitivos.
Toyota planea revertir esta tendencia con el lanzamiento de una nueva generación de autos eléctricos en 2026, desarrollados en colaboración con BYD. Uno de los primeros modelos de esta nueva plataforma es el bZ3, un sedán eléctrico pensado para el mercado chino. Sin embargo, estos esfuerzos aún son insuficientes para cerrar la brecha con los gigantes de la movilidad eléctrica, lo que ha generado dudas sobre si la marca japonesa podrá mantener su liderazgo global.
Estados Unidos y Europa: un enfoque conservador
Curiosamente, en mercados como Estados Unidos y Europa, la estrategia conservadora de Toyota ha dado buenos resultados hasta ahora. A pesar de las proyecciones optimistas, la demanda de autos eléctricos en estas regiones no ha crecido tan rápido como se esperaba. Según algunos analistas, esto podría deberse a múltiples factores, como la falta de infraestructura de carga o el elevado coste de los vehículos eléctricos.
Sin embargo, se espera que esta tendencia sea temporal. Con cada vez más países implementando regulaciones más estrictas sobre emisiones y prohibiciones a la venta de vehículos de combustión interna en las próximas décadas, Toyota podría verse forzada a acelerar su transición hacia la electrificación si no quiere quedar relegada.
El dilema del futuro de la industria automotriz
Akio Toyoda, con su visión crítica, ha puesto sobre la mesa una cuestión clave: ¿debería la industria automotriz adoptar una sola tecnología, como el vehículo eléctrico, o continuar desarrollando múltiples alternativas? La respuesta a esta pregunta no es sencilla. Si bien los vehículos eléctricos ofrecen una clara ventaja en términos de reducción de emisiones, su adopción masiva podría tener consecuencias económicas importantes, como la pérdida de empleos en sectores que dependen de la tecnología de combustión interna.
En definitiva, la transición hacia la movilidad eléctrica parece inevitable, pero Toyota aboga por un enfoque más gradual y diversificado que permita minimizar los impactos negativos en el empleo y la industria. El tiempo dirá si esta estrategia conservadora será suficiente para mantener a Toyota en la cima del sector automotriz o si, por el contrario, necesitará adaptarse más rápido a la nueva realidad del mercado.
Conclusión
El vehículo eléctrico está transformando rápidamente la industria automotriz, pero su expansión no está exenta de desafíos. Akio Toyoda ha expresado sus preocupaciones sobre el impacto que esta transición podría tener en el empleo, especialmente en países como Japón, donde millones de personas dependen de la fabricación de autos con motores de combustión interna. Toyota, por su parte, sigue apostando por una estrategia multitech, invirtiendo en híbridos, hidrógeno y pilas de combustible para afrontar este cambio.
Mientras tanto, la competencia de fabricantes como BYD y Tesla continúa creciendo, y la presión sobre Toyota para acelerar su electrificación también. Aunque su enfoque conservador ha funcionado en mercados como Estados Unidos y Europa, es posible que Toyota necesite adaptarse rápidamente si quiere seguir siendo competitiva en el futuro automotriz global.