Una revisión periódica y hacer el mantenimiento preventivo evita reparaciones costosas a futuro y prolonga la vida útil del vehículo.
IHS Markit de los Estados Unidos establece que un vehículo de hoy tiene una longevidad en promedio de 11 años si se le hace su mantenimiento.
IHS Markit de los Estados Unidos establece que un vehículo de hoy tiene una longevidad en promedio de 11 años si se le hace su mantenimiento.
La organización IHS Markit de los Estados Unidos establece que
un vehículo tiene una longevidad en promedio de 11 años gracias a los avances
tecnológicos y al desarrollo de mejores materiales. Sin embargo como toda máquina,
requiere de verificaciones y mantenimientos preventivos, que permitan su adecuado
funcionamiento, cumpla y prolongue con su vida útil proyectada.
Si se es novato en el tema, en primer lugar se debe revisar el manual del usuario del
automotor, allí se específica las características técnicas y de desempeño, así como una
guía de mantenimiento y funcionamiento de los sistemas electrónicos con que viene
equipado el auto.
“Hacer revisiones visuales periódicas y respetar los tiempos de mantenimiento, son
factores clave para que un automotor funcione adecuadamente. Es importante que el
propietario lo lleve a los talleres o centros de servicio autorizados de la marca, pues en
estos sitios se tienen los equipos especializados y personal técnico debidamente
capacitado, para un correcto mantenimiento”, comenta Ricardo Uribe, gerente de
posventa de DFSK PracoDidacol.
Además, Uribe hace énfasis en tener en cuenta las siguientes recomendaciones, para
mantener el automóvil al día y prolongar su vida útil:
Aceites de motor y caja
Todo vehículo requiere el cambio de aceite de motor cada 5.000 a 6.000 kilómetros, para
garantizar que las partes internas del propulsor estén debidamente lubricadas y limpias.
En cuanto al lubricante de la caja de cambios (automática o mecánica) no requiere
cambio, a menos que se haga un trabajo en su interior.
Los filtros
Aceite: Atrapa los contaminantes permitiendo que el lubricante fluya por todo el motor sin
restricción. Reemplácelo siempre en cada cambio de aceite.
Combustible: Impide el paso de contaminantes presentes en el combustible previniendo
un taponamiento de los inyectores. Este debe ser revisado por personal técnico
capacitado solo si se presenta alguna falla en los inyectores.
Aire: Atrapa el polvo y evita que ingrese a los cilindros del motor. Revíselo con cada
cambio de aceite y reemplácelo si está negro. No permita que lo soplen con aire a
presión, pues esto quiebra el papel filtrante y no cumplirá con su función.
De polen o cabina: Hace parte del sistema de aire acondicionado del vehículo. Su función
es evitar que el polvo e impurezas de la calle ingresen al habitáculo. Reemplácelo cada
año. Al igual que el filtro de aire este tampoco se debe soplar.
Mangueras del radiador
Luego de un tiempo y por la exposición del calor, las mangueras de caucho pueden
volverse duras y quebradizas, provocando ampollas y fugas del agua que refrigera el
motor. Para verificar su estado, pida que hagan una prueba de fugas con la herramienta
indicada para este fin. Tenga en cuenta que un recalentamiento puede afectar el
empaque de la culata y sus consecuencias pueden ser fatales para la vida del motor.
El refrigerante
Revise que el nivel sea el adecuado y reemplácelo según lo que indique el fabricante en
el manual del usuario. Si el nivel está bajo indica que puede haber una fuga del líquido en
alguna parte del sistema.
Correa de repartición y del alternador
En cuanto a la correa de repartición, cada fabricante tiene especificado un kilometraje
determinado para el reemplazo de este elemento que de llegar a romperse, afecta
seriamente las partes internas del motor. En vehículos que utilicen cadena no requiere
mantenimiento alguno. La correa del alternador también tiene una vida útil determinada,
sin ella la batería no carga y en algunos modelos va relacionada con la bomba de agua, lo
cual podría originar un posible recalentamiento.
Los frenos
Es el sistema de seguridad más importante de un vehículo y uno de los de mayor
desgaste. Vigile cada año como está funcionando y nunca postergue una reparación por
más simple que parezca. Si al apretar el pedal de freno este se hunde hasta el fondo,
significa una falla.
Cuando el nivel del líquido para frenos está bajo es debido a
alguna fuga. Si realiza algún cambio (pastillas, bandas o discos) debe purgar
obligatoriamente el sistema, para evitar que se contamine o le quede aire al interior de
este.
Llantas
Para una adecuada conservación procure que el vehículo este bien alineado y
balanceado, para evitar desgastes prematuros.
Su reemplazo lo determina la profundidad de la banda de rodamiento. Entre los surcos
toda llanta tiene unos topes que indican cuando se deben reemplazar. También debe
cambiarlas si la llanta presenta cortes o “chichones” en sus perfiles laterales.