Cesvi investiga sobre la utilidad de los frenos con ABS, controles de tracción y de estabilidad, y su aporte en seguridad en la conducción y reducción de accidentes en las motocicletas.
El desarrollo de nuevas tecnologías ha evolucionado de forma exponencial en la última década, especialmente aquellas que optimizan la seguridad del vehículo y sus ocupantes. Por ejemplo, la implementación de sistemas de control, como el ABS para los frenos, el control de tracción (TCS) y el control de estabilidad (ESC), son cada día más comunes y son factores tenidos en cuenta en la compra de vehículos.
Si bien estas innovaciones son más comunes en automóviles, en las motocicletas están entrando en auge y, aunque se encuentran generalmente en las de alto cilindraje, poco a poco se van equipando en las más populares. En el mercado nacional estos dispositivos se ven presentes en motocicletas de alto cilindraje como la Ducati Multistrada 1200, todas las BMW, la KTM Super Duke GT, la Yamaha R1, o la Kawasaki ZX-10R.
La aparición de los sistemas ABS en motocicletas de mediano y pequeño cilindraje ha venido creciendo en el mercado como la Pulsar de Bajaj, Nmax y R3 de Yamaha, Honda CBR 250, Kawasaki Ninja 300 y Vespa 125 y 300.
Otro aspecto importante para tener en cuenta es el valor adicional de la incorporación de estos sistemas. Aunque para las motocicletas de alto cilindraje son equipo de serie, para las de medio y bajo cilindraje, en algunos modelos, es opcional y su variación de precios oscila entre un 10 y 17%, como se muestra en el siguiente cuadro:
¿Y para qué tanta tecnología?
Los fabricantes de motocicletas se han visto en la necesidad de implementar estos sistemas con el fin de una conducción más segura y de ayudar a reducir la accidentalidad, con sus consecuencias en morbilidad y mortalidad.
Gracias a la constante reducción en tamaño y precio de estos componentes, se hace cada día más fácil su implementación. Una de las últimas tecnologías presentes en algunas motocicletas que han llegado al país es el Programa Electrónico de Estabilidad (ESP), que ayuda al conductor a corregir el deslizamiento lateral de las ruedas cuando la motocicleta se encuentra inclinada.
Es importante tener en cuenta que 1 de cada 2 accidentes en motocicletas se produce en curvas a causa de una excesiva inclinación o derrapamiento de alguna de las ruedas. Este dispositivo disminuye en gran porcentaje el fenómeno mediante un sensor que mide el ángulo de inclinación y una unidad hidráulica que ajusta de manera inmediata (y automática) las acciones de frenado y aceleración para adaptar de la mejor manera las condiciones y así evitar posibles choques.
El sistema más frecuente en el mercado actual es el de antibloqueo de frenos (ABS). Es fundamental para garantizar la seguridad en la motocicleta porque su función principal es asegurar que en ningún momento se bloqueen las ruedas, lo cual generaría pérdida del control del vehículo.
Consta de un sensor por rueda que determina el momento exacto en el que esta se detiene súbitamente y un módulo de control que, al recibir la señal del sensor, libera automáticamente el freno produciendo pequeños impulsos sobre la rueda bloqueada y permitiendo que esta gire de nuevo y recupere la adherencia y el control de la motocicleta. Este sistema reduce significativamente la distancia de frenado y los accidentes.
Otra tecnología que está entrando con gran fuerza en las motocicletas son los sistemas dinámicos de control de tracción (TCS). Este dispositivo regula el par motor de manera electrónica para asegurar una total tracción de la rueda trasera, aun estando en terrenos y pavimentos húmedos. El resultado es que no se pierde la tracción, con lo cual se aprovecha al máximo el torque entregado por el motor y la motocicleta mantiene su velocidad, sin pérdida del control.
El principio de funcionamiento del TCS es similar al ABS: se basa en la instalación de un sensor en cada rueda el cual hace una lectura constante del giro que reporta a una central digital. Cuando la rueda trasera pierde agarre o tracción aumenta su velocidad, con lo cual el sistema entra en funcionamiento.
Al detectar una mayor velocidad de giro en la rueda trasera, la central digital entiende una pérdida de tracción y de manera inmediata reduce el par motor, limitando el suministro de combustible y reduciendo de esta manera la aceleración para que el conductor tome el control nuevamente.
Por el momento las motocicletas equipadas con estas tecnologías cuestan más dinero, pero favorecen considerablemente la seguridad del usuario.