Alfa Romeo y Maserati, en la cuerda floja: ¿fin de una era?
En el mundo del sector automotor, no hay muchas marcas que despierten tanta pasión como Alfa Romeo y Maserati. Sus diseños, herencia deportiva e historia centenaria las han convertido en íconos del lujo y el rendimiento europeo. Pero la realidad actual dista mucho de esa imagen gloriosa. Ambas firmas enfrentan problemas financieros severos, y su permanencia dentro del conglomerado Stellantis está siendo seriamente cuestionada.
La raíz del problema no es solo interna. El entorno económico global, especialmente en Estados Unidos, se volvió cuesta arriba para los fabricantes extranjeros. Con la implementación de nuevos aranceles del 25% para productos importados por parte del gobierno de Donald Trump, muchas marcas europeas comenzaron a sentir el golpe. Entre las más afectadas, sin duda, están Alfa Romeo y Maserati, que ya venían con ventas en caída y ahora enfrentan un futuro incierto en su mercado clave.

Números que preocupan: la caída de ventas que prende las alarmas
Las cifras hablan por sí solas y son un reflejo brutal del declive. En 2024, Alfa Romeo apenas logró vender 8.865 unidades en EE.UU., lo que representa una baja del 19% respecto al año anterior. Maserati, por su parte, alcanzó apenas 11.300 vehículos a nivel global, de los cuales sólo 4.819 se colocaron en el mercado estadounidense. Un rendimiento tan flojo, en un segmento premium, es difícil de sostener incluso para un gigante como Stellantis.
Ante esta situación, la empresa no se quedó de brazos cruzados. Convocó a la consultora McKinsey & Company para analizar de forma estratégica el futuro de ambas marcas. Según confirmaron fuentes internas a Automotive News Europe, la idea es evaluar todas las opciones posibles, desde alianzas con grupos asiáticos hasta la eventual venta.
Y esto no es un simple movimiento táctico. Es, ni más ni menos, un intento por salvar a Stellantis de una posible sangría económica, buscando recortar pérdidas en las divisiones que no están generando beneficios.

¿Quién podría comprar a estas leyendas italianas?
Aquí es donde las cosas se vuelven aún más interesantes. Aunque desde Stellantis insisten en que no hay decisiones tomadas, ya suenan nombres de posibles compradores. Entre ellos destacan empresas chinas como Geely, BYD o Dongfeng, que vienen mostrando un apetito voraz por expandirse en el mercado internacional, especialmente en el sector premium.
Estas compañías no sólo tienen el músculo financiero para hacerlo, sino también la ambición de posicionarse como referentes globales. Adquirir marcas como Maserati o Alfa Romeo no sería solo un movimiento económico: sería un golpe de efecto en la industria automotriz mundial.
Pero hay más. No sería la primera vez que una marca tradicional europea pasa a manos chinas. Recordemos el caso de Volvo, que fue adquirida por Geely y hoy vive una renovada etapa de crecimiento e innovación. ¿Podría pasar lo mismo con las italianas?
La amenaza de una guerra comercial prolongada
El gran dilema para Stellantis no es solo la viabilidad económica de Alfa Romeo y Maserati, sino el contexto geopolíticoque los rodea. Si el gobierno de EE.UU. mantiene indefinidamente los aranceles del 25%, el impacto en las marcas extranjeras será cada vez mayor. Este tipo de medidas proteccionistas podrían provocar una crisis estructural en el sector automotor, sobre todo en marcas de nicho, que no tienen el volumen de ventas necesario para absorber esos costos extra.
En este escenario, vender estas marcas podría verse menos como una pérdida y más como un movimiento estratégico para salvaguardar el grupo. A fin de cuentas, Stellantis tiene bajo su paraguas una docena de marcas, y necesita mantener un equilibrio económico para sostener sus operaciones globales.

Alfa Romeo y Maserati, ¿en pausa creativa?
Mientras todo esto ocurre, las actividades de ambas marcas siguen… pero con evidentes signos de desaceleración. Alfa Romeo está trabajando en la nueva generación del Giulia y el Stelvio, aunque sus lanzamientos están proyectados recién para 2027. Es decir, un desarrollo a largo plazo, sin urgencias. Y en un mercado tan volátil, eso puede ser un riesgo enorme.
En el caso de Maserati, la situación es aún más incierta. La firma tenía ambiciosos planes de convertirse en una marca 100% eléctrica, pero estos fueron abruptamente detenidos. La cancelación del MC20 eléctrico, su superdeportivo estrella, deja un vacío simbólico y estratégico. Por ahora, no hay nuevos proyectos en marcha que se conozcan públicamente.
Esto hace pensar que, internamente, ya están contemplando un escenario de transición o venta, donde mantener grandes inversiones podría no ser una prioridad.
👉 En el siguiente bloque: profundizaremos sobre el papel de las marcas chinas y qué consecuencias tendría esta posible venta en la identidad de Alfa Romeo y Maserati.