¿Y si el próximo gran salto en seguridad vial no viniera de dentro del vehículo, sino desde su exterior? Puede parecer una locura, pero Subaru acaba de demostrar que proteger a ciclistas y peatones antes del impacto ya no es cosa de ciencia ficción. ¿La clave? Un nuevo airbag frontal exterior que se despliega antes de que el cuerpo del ciclista alcance el parabrisas. Sí, como lo lees: un airbag que abraza al ciclista antes del golpe fatal. ¿Cómo funciona? ¿Por qué es diferente? ¿Y por qué esto podría cambiar las reglas del juego en todo el mundo?
Una evolución necesaria: del peatón al ciclista
Hasta ahora, la mayoría de los avances en airbags exteriores se centraban exclusivamente en proteger a los peatones. Subaru ya era pionero en esto desde 2016, cuando instaló sistemas de airbags frontales exteriores en modelos como el Impreza, WRX, Legacy, Crosstrek y Levorg. El principio era simple: en caso de colisión, se inflaba una bolsa sobre el capó del vehículo para amortiguar el golpe en la cabeza de un peatón.

Pero aquí había un problema de lógica física: los ciclistas están más elevados. Mientras que un peatón puede caer hacia el capó, un ciclista es impulsado hacia arriba, directo al parabrisas o al pilar A (esa parte metálica entre el capó y el techo, especialmente rígida). ¿Resultado? El airbag clásico se quedaba corto. Literalmente.
El nuevo diseño: más alto, más ancho, más inteligente
La solución de Subaru para este desafío fue tan ingeniosa como efectiva: ampliar la zona de protección del airbag exterior. Este nuevo modelo no solo cubre el capó, sino que sube por los laterales del parabrisas, protegiendo al ciclista en caso de impacto contra los puntos más duros del vehículo, como el pilar A.
Además, Subaru ajustó la forma en que se unen los paneles superior e inferior del airbag para que permanezcan firmemente en su sitio durante la colisión, sin importar si la víctima es un peatón o un ciclista. Esto garantiza un contacto más seguro y reduce el riesgo de lesiones graves en una zona crítica del cuerpo: la cabeza.
¿Por qué es un avance histórico?
Porque es el primer airbag en el mundo específicamente diseñado para ciclistas, al menos en un auto de producción. Y no, no es lo mismo que los airbags personales que se inflan desde chalecos o mochilas —como el Helite B’Safe—. Esos dispositivos, aunque útiles, son costosos, poco comunes y dependen de que el ciclista los lleve puestos.
Lo que Subaru propone aquí es diferente: una responsabilidad compartida, donde el conductor y el fabricante también aportan a la seguridad de los usuarios vulnerables de la vía pública. Sin necesidad de tecnología portátil, sin necesidad de sensores personales. Solo un sistema automotor que piensa más allá del auto.
En la siguiente parte, profundizaremos en:
- Cómo se activa este airbag y qué sensores lo controlan
- Por qué este sistema todavía no ha llegado a otros países
- Y qué impacto podría tener si se adopta a nivel global
¿Cómo funciona el airbag exterior para ciclistas de Subaru? Tecnología al servicio de la vida
Ahora bien, puede que te estés preguntando: ¿cómo sabe el vehículo que tiene que desplegar el airbag? La respuesta está en la inteligencia de los sensores y la velocidad de reacción del sistema.
Sensores que actúan en milisegundos
El nuevo airbag exterior del Subaru Forester funciona gracias a una serie de sensores de impacto situados en el paragolpes delantero y otras partes críticas del vehículo. Cuando estos sensores detectan una colisión inminente con un peatón o ciclista, activan automáticamente el despliegue del airbag.
Y aquí viene lo impresionante: todo esto ocurre en milisegundos. Es decir, antes de que el cuerpo del ciclista siquiera toque el parabrisas, el sistema ya ha desplegado el airbag, amortiguando la zona del capó, los pilares del parabrisas y parte del techo. Este tiempo de reacción ultra rápido puede ser la diferencia entre una lesión leve y una fatal.
Diseño envolvente: protección integral en zonas clave
Este nuevo modelo de airbag se diferencia del anterior no solo en tamaño, sino en disposición estratégica. A continuación, te explicamos por qué:
- Se extiende hacia los laterales del parabrisas, donde suele producirse el impacto más fuerte en ciclistas lanzados por el aire.
- Acolcha el pilar A, una de las estructuras más rígidas y peligrosas del vehículo.
- Se adhiere mejor al chasis gracias a nuevas conexiones entre las partes superiores e inferiores del sistema, lo que lo mantiene estable y en su sitio durante la colisión.
¿El resultado? Un sistema que reduce el riesgo de traumatismo craneoencefálico y que actúa como una especie de “colchón inteligente” en los segundos más críticos del accidente.

¿Por qué solo en Japón? El dilema del mercado y la homologación
Sí, esta maravilla tecnológica está, de momento, limitada al mercado japonés. Pero ¿por qué? ¿Acaso Subaru no quiere proteger a los ciclistas de otras regiones? No es tan simple.
Barreras regulatorias y de homologación
Lanzar un sistema de este tipo en otros países, como Estados Unidos, Canadá o incluso Europa, implica superar múltiples normativas de seguridad vehicular. Cada región tiene sus propias reglas en cuanto a diseño, materiales, activación de sistemas de protección y compatibilidad con otros dispositivos del vehículo.
Además, al tratarse de una tecnología exterior que cambia la forma en que el auto interactúa con el entorno, deben garantizarse cuestiones como:
- No afectar la visibilidad del conductor si se activa erróneamente.
- No interferir con otros sistemas de seguridad activos.
- No comprometer la aerodinámica ni la estructura del vehículo.